jueves, 12 de marzo de 2009

SOÑAR

Esta noche he soñado con él. Parecía más joven que en aquella fotografía de París en la rua Montparnasse. Sonaba la música de un acordeonista y la voz desgarrada de la Piaf. Ya me había despintado las uñas y parecían mis manos, manos de santa. Algo tienen de místico mis manos. Será por su delicadeza. Yo corría por el puente del Sena con las medias rotas y una gabardina gris. Llegaba tarde a la cita. Él estaría en el café de siempre con una copa de, quién sabe, ¿jerez?. Me hice paso entre la multitud que se reflejaba en los charcos como en una galería de arte. Codazos, paraguazos, la lluvia arreciaba aquella tarde. Yo era una chica perdida con olor a colonia. Entré en el café con un salto de gacela. Entre los visillos, la gente atisbaba a los pobres transeúntes que se mojaban. Yo hacía recuento de mis males en las carreras de mis medias. Estaba de espaldas. Llevaba una larga melena. Al principio se me pareció a Cuchi, pero la larga cicatriz de su brazo me lo desmintió. Pedí por el aire una crema de Whisky. Me puse de frente y nos besamos. Algo había de familiar en aquellos besos. Me recordaban a los personajes pintados de Hopper. Aliento de soledad. Soledades encontradas. Enseguida, reparó en que yo tenía frío. Pero le dije que estaba bien. Aquel local de los años 30, aún guardaba el aroma de los viejos cabarets, antes de que pasara la guerra. El humo no me dejaba verle apenas la cara. Pero yo sabía quién era aquel poeta de ojos tristes. No cruzamos una palabra, tal vez, porque ya sabíamos demasiado el uno del otro. Pagamos la cuenta y nos echamos a andar. La calle parecía llena de espejos de agua que rompían en mil pedazos los chiquillos con sus botas. Olía a otoño y castañas asadas. "Mi vida sin acontecimientos" (Pessoa-leí en una pared pegada a la catedral. Pensé en "Caballo verde" y Neruda. Se me había subido la crema de whisky y fumaba sin parar. Él callaba.

2 comentarios:

  1. Ya ves, Manuel, cuando uno no puede, sale basura.

    ResponderEliminar
  2. Grata sorpresa me llevé al encontrarme con tu blog. Me encantan tus textos, lo que no hace más que confirmar que fue un gran acierto el que me hubieran regalado (y descubierto) Nostalgias del Acero hace casi un año.

    Me voy a poner a leerme tu blog de principio a fin. ¡Prometido!

    ResponderEliminar