domingo, 31 de octubre de 2010

AUTODEFINIDO


He sucumbido a las fragancias del fracaso,
Pero estoy aquí.
Puede que haya perdido algo más que talento,
Pero yo hago sombreros de tristeza y paraguas de sombras.
Soy el artesano de la ruina, de la demencia, del vacío
Que con sus manos heridas por el tiempo en que antaño florecieron
Versos y besos, amasa ahora la amarga levadura de su pan.
He sucumbido a las fragancias del fracaso,
Como el borracho ante el cartón de vino.
Pero yo hago azulejos de sangre y lirios de lata.
Soy el morador de lo oscuro, de la sima, del abismo
Con pie siempre presto al tropiezo mortal,
Pero estoy aquí.
Yo, que me he dejado engañar por las falacias del destino,
Me mantengo en pie a base de arañar paredes y saltar ventanas.
Yo, que he caído de la derecha de Dios Padre,
Hago rosarios de lágrimas e imágenes de llanto.
Yo, que he perdido en la vida como en la muerte,
Que he besado los pies del desatino
Y me he bañado en mares oscuros de mentiras,
Fracasado y solo,
Aún estoy aquí.

3 comentarios:

  1. Yo que he perdido hasta la noche
    agotando las baterias de las luciernagas.

    Yo que soy más de nada que de mi,
    que transito entre los fantasmas
    de los sueños que nunca quise,
    de las calles que ya no existen.

    Yo que ya no sé lo que es
    una sonrisa a tiempo
    en el vertedero del asfalto;
    que ando con pasos desatinados
    de psiquiátrico en ciernes;
    que miro por encima de las luces
    con la vista perdida
    viendo mar donde solo hay farolas.

    Yo que perdí el alma hace tiempo
    sin poder recuperarlo;
    que vivo la amargura
    del alcohol destilado de las venas,
    la coca esnifada de sueños
    que nunca fueron.

    Yo que no soy más que una sombra,
    estoy también aquí.

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  2. lo siento, yo que ya no estoy, huella hecha mas que de vacío, miedo de estrella sólo visible por muerta, babas de caracol en mudanza, humo de hoguera de madrugada. yo, que hace tiempo me fui, dejando cuerpo y mente condenados a no entenderse. yo, que tampoco estoy aquí.

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  3. Yo: te admiro, aún entre el barro, eres maravilla, sabiduría, belleza.
    Yo: te leo... sin dejar de estremecerme

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