domingo, 1 de abril de 2012

EL PRIMER DÍA EN EL MUNDO

A tu lado, me siento de cristal, tan frágil como un lirio y, de nuevo, vuelvo a ser aquella niña pura e inocente.
Sólo pido ver las cosas con los mismos ojos que miran por primera vez el Mundo.
L. de Fraga.





Nada es casual esta noche:
las copas, el champagne, la ropa por el suelo
y un baile erótico en la música de Miles.
No quiero simple sexo,  tan sólo hazme el amor.

Me han utilizado como a un trozo de carne muerta,
así que no te asustes si tiemblo en esta ocasión.
Bésame los párpados con sumo cuidado,
y busca entre mis rizos las caricias que desconozco.

He sido para algunos -auténticos necrófilos-
un cadáver sobre el que vaciar sus ansias caníbales.
Por eso, esta noche, quiero que me abraces
para cerrar los ojos y soñar con toda tu ternura.

No te extrañes, si tiemblo.
Ten paciencia si dudo o no sé qué hacer.
Necesito juntar tu piel con la mía
y ahondar en ese que será nuestro único cuerpo.

Jamás me había sentido tan desnuda.
Lo confieso:
Estoy tan desnuda
que hoy me siento renacer
con el primer llanto de La Vida.

Lucía de Fraga.


No hay comentarios:

Publicar un comentario