Mostrando entradas con la etiqueta Imagen: Picasso.. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Imagen: Picasso.. Mostrar todas las entradas

lunes, 6 de diciembre de 2010

CORAZÓN DESVENCIJADO


Tengo el corazón desvencijado entre pulmón y pulmón,
Sístole y diástole se han convertido en tic-tac de descuento.
Cada latido es un paso hacia el sueño deseado de los suicidas.
Y yo siento que en esta muerte prematura y liberadora
Se van apagando las luces de los sufrimientos como bombillas a punto de fundirse

Aún así, guardan la luz primigenia de la primera patada en el estómago,
Y se visten con sus mejores galas macabras entre champagne y una mujer que llora sola,
Despeinada y apenas vestida que se da golpes contra un Cristo en la cabeza.
Perfecta imagen fotográfica del dolor y de ese olor nauseabundo que ataca la pituitaria.
El dolor huele a alcohol pegado a la nariz o a aguarrás cerca de los ojos.
El sufrimiento es un mar donde progresivamente no vamos ahogando.

Siento cómo se me va rompiendo este músculo ahogado por una vida maldita.
Cómo a oscuras me atacaba el miedo en medio del pasillo y no podía tragar saliva.
Cuántas noches vinieron los perseguidores a llevarse mi alma por mis cenizas.
Y cómo colocaban los instrumentos para la automutilación en el cuarto de baño.
Recuerdo las noches jugando a los naipes por mi corazón incendiado
Y la subasta de mi infancia y juventud al mejor postor que siempre era la muerte.
De un tiro en el estómago se cargaron mis primeros cinco años de vida
Y me colgaron boca abajo desnuda de un árbol quemado.
Mancharon mi juventud con un veneno que me hacía vomitar sangre
Hasta que ya caí un feliz domingo a los pies de mi madre en un charco granate.

Los recuerdos visten sus mejores galas y el sufrimiento saca brillo al dolor.
¿Dónde están los cuerpos de los momentos felices?
Quiero exhumar mi vida hasta encontrarlos.
Quiero escarbar la tierra con mis dedos y sentir el jugo placentero de la risa de la niña
Y sentir el chirrido del columpio y los montones de margaritas tirados en el suelo.
Quiero saber de la belleza de la joven que fue amada, que bailó hasta la madrugada,
Que tuvo un beso como primer regalo y el amor fue como una tonada cálida y sentida.
Nada ha sido cierto ¿verdad?

Pues mirad cómo me arranco el corazón del pecho.
Cómo atravieso carne y venas.
Ya no existe el dolor, porque el Dolor más grande lo ha matado.
Aquí tenéis mi corazón y
Mi pecho reventado.

L. Fraga.