jueves, 19 de marzo de 2009

SIN TRASCENDENCIA

No pretendo escribir nada trascendente. Generalmente, nunca me lo planteo, pero hoy sería, además, inviable. Las cosas no van bien y parece que se empeñan en no sacarme los últimos artículos en el periódico. Horacio se peina amaneceres en el Sena y no se encuentra ya ni a sí mismo. Yo llevo malamente la contabilidad de Monsieur Doupin y me emperiqueto con su vino caliente y las caricias de la gata Lisseta. Cualquier día nos echan del local por los atrasos. Hemos empezado a quemar revistas del corazón, que robo en las peluquerías, porque se nos empieza a acabar la leña. Aún encima, el mes que viene tendré que volver a la cola del paro y sólo falta ya que La Maga sea académica de la Lengua y que a Humpty Dumpty le dé por celebrar una "gloria" o cualquier despalpalabrada.
Los vecinos no me dejan concentrarme en mis propios pensamientos. Me he jugado todas mis vidas a una sola carta y la he perdido, por eso ahora tengo una hipoteca en el cementerio. Me olvidé de decirte que me las jugué un día que pensé que era mejor dejarse mecer en un vaso de ginebra con una nana al oído. Pero la nana era el zumbido de un moscardón encerrado en la caja de un violonchelo. Ya me dirás qué puedo hacer en estas condiciones. Palabrear. Malpalabrear. Perderme en el desagüe como el agua de fregar las escaleras. Así de pequeña soy yo-Cecilia. Dicen que no quería a su madre. Yo no puedo reprocharle nada a nadie. Salvo que tenga las uñas sucias o comidas. Recuerdo los sauces de mi infancia. La crucecita del niño jesús. El café con galletas. Ahora los sauces ya no tienen ni lágrimas y el café lo tomo sola en la misma cafetería todos los mismos días en la miama mesa. Me despersonalizo. Nada tiene sentido. Me pierdo por caminos que conocí y se me han vuelto extraños. Siento en el cuello el filo brillante de la navaja que invita al dormitorio. Mis recuerdos son cada día más lejanos, como de una infancia que tuviera lugar en otra época de la historia. Y no hago otra cosa que pensar en tí. Tü que crujes en mi cerebro con tu paso largo y calmado. Enciendes un cigarrillo y me entran unas ganas locas de fumar, pero ahora estoy colgada de lo más alto de mi sueño y aquí no hay tabaco rubio. Cuando despierte cogeré un Ducados Rubio.

3 comentarios:

  1. Me gusta mucho esto: "Enciendes un cigarrillo y me entran unas ganas locas de fumar, pero ahora estoy colgada de lo más alto de mi sueño y aquí no hay tabaco rubio. Cuando despierte cogeré un Ducados Rubio".

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  2. querida lu,
    que te deseo felicidad, ya lo sabes.
    eso es todo.
    felicidad.
    algo tan grande que no sé cómo cabe en tan poco espacio.
    pero para ti.
    mucha.
    mucha más.
    (si cabe)
    vuk

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