jueves, 10 de junio de 2010

ME QUEDÉ DORMIDA

Me quedé dormida entre la hojarasca.
Tú viniste a acunar tu cabeza en mi corazón escondido
Y, poco a poco, colocaste tu mano traidora en mi seno virginal.
Lentamente, sentí pajarillos deslizarse bajo la pechera de mi vestido.

Me quedé dormida entre la hojarasca.
No viniste a despertarme, porque te daba frío.
Querías verme dormir, con mi pecho en tu mano.
Desabrochaste sin permiso la blusa de luz cegadora.

Y te emborrachó mi rosa de mañana
entre tanta piel blanca.
Acercaste tu boca para besar mi pezón rosado,
Creada de un material robado a los mismísimos dioses.

Me quedé dormida entre la hojarasca
Y te encontré como un niño llorando sobre mi vestido.
Un pecho al descubierto, en el otro, tu cabeza.
Llorabas al ver la hermosura de tu niña medio desnuda
Y el pecado de hacerme, sin querer, despertar a la Vida.

2 comentarios:

  1. Y el pecado de hacerme, sin querer, despertar a la Vida.

    que bonito tu poema, tu sentir, pero sobretodo me ha parecido sublime esa frase corazon...

    un abrazo

    ResponderEliminar
  2. Los dioses galaicos han atendido mi rezo.
    En agradecimiento, sigo orando todas las noches para que esto siga, para que tu veta erótica no decaiga, para que tu inspiración siga desbordada y fecunda.
    Nos emocionas, nos haces estremecer, nos haces soñar.
    Gracias por hacernos partícipes de ese despertar a la vida.

    ResponderEliminar