viernes, 23 de julio de 2010

EL CHICO DEL VIOLÍN

Suena el "Canon de Pachelbell" en un cuarto cerrado, del que sale la música doliente del violín de su abuelo, un antiguo violinsta que ahora sueña con le idea de hacerse mayor sin hacerse viejo.
Las cuerdas vibran en contacto con los filamentos del arco tenso y un gesto algo fruncido atraviesa la cara del muchacho.La misma cara que ponía su abuelo; la misma nariz judía que emula a Isaac Stern.
Él está sobre los tejados de la adolescencia. Tal vez, ni conozca el musical. Pero algo me dice que pronto escucharé "If I were a richman". Su mente está entre el mundo de las letras y la música, entre Xulio Valcárcel, Chopin y la efervescencia de los 18 años. Desconozco ese otro mundo del que yo carecí, pero que el vive intensamente. Yo siempre he tenido cincuenta años mal llevados con cara de niña.
Reconozco que no tuve las oportunidades y una madre tolerante que él sí ha tenido. No obstante, este encierro en mí misma, me ha servido para leer más de la cuenta y saber más de mí de lo que hubiera querido.

Recuerdo el día del nacimiento de este muchcaho; yo tenía 13 años y me llamaron por los altavoces del colegio. Venían a recogerme para ver al recién nacido. Viajamos hasta Santiago mi hermana, uno de mis tíos y yo. Era mi primer sobrino.

3 comentarios:

  1. hola, perdona, llegué por accidente, estaba hablando con mi amiga cuando un mosquito se ha parado en la pantalla de mi móvil, echaré un vistazo a tu blog, [el mosquito ha muerto, lo he chafado]

    ResponderEliminar
  2. Hola!,Gracias por llenarnos e inyectarnos esa savia que llena y emociona de sentimiento nuestro palpitar. Besos!.

    ResponderEliminar
  3. Suena el Canon en algún lugar solitario de un bar solitario donde Pachenvel es un gran desconocido, es una versión de un grupo de esos de la nueva era. Suena el Canon y unos ojos despegan su mirar de la botella de cerveza y los abre recordando brisas marinas de sirena. Suena el canon iluminando las noches tenues que más de una vez acogió un alma desesperada al borde de la Nada, pero esta vez, el canon suena tierno, alegre, dulcemente amante de aquella que escribió su nombre en esta pagina, sus notas no transcritas de amor, de ese amor que, como el canon, solo ella sabe dar.

    ResponderEliminar