lunes, 13 de septiembre de 2010

LA VIUDA


La vida no me ha tratado bien, Señor,
Aunque procuro no quejarme y
Llevarlo con resignación.
¿Ve, Señor? Esta cicatriz me la hice
cuando traté de cortarme el cuello,
porque una noche delante de mi casa
un hombre de blanco intentó violarme.
Mi marido se murió dejándome en la calle,
Con tres hijos y un piso de alquiler.
Le digo que la vida no me ha tratado bien.
Si yo le contara lo que he tenido qué hacer
Para sacar a mi familia adelante...
He hecho de casi todo
Lo que una moral decente permite.
He planchado hasta no tenerme de pie.
He servido copas sin dejarme tocar un pelo.
He cosido hasta que me sangraran los dedos.
Y tantas, tantas cosas...
Siempre decentes, Señor.
Porque yo soy mujer de un solo hombre y
Aún no he olvidado a mi marido.
¡Mire mis rodillas cómo están de fregar!
¡Toque mi espalda partida de barrer!
Yo creo que lo nuestro bien se puede arreglar, Señor.
Entre un hombre y una mujer,
Siempre de manera muy decente...

1 comentario:

  1. Qué bueno que está este texto.
    Tan nítido e inteligente. Siempre logras sorprenderme.

    ResponderEliminar