jueves, 22 de diciembre de 2011

GAVIOTAS EN EL PARQUE

Nunca imaginé que me sentaría en un banco de madera.
Eso de los parques me parecía cosa de niños y viejos.
Ahora soy yo la que está sentada aquí
en el mismo punto donde llegan las gaviotas.
Esas malditas ratas voladoras
que se alimentan de otros cuerpos.

Yo fumo bajo el sombrero y me escapo del sol.
Será que, realmente, pertenezco a la noche,
allí donde me abandono entre sueños y lágrimas
y aprieto las mandíbulas para ahogar mi aullido.
Ese grito que no sale a pesar del tiempo
y se disfraza en mi boca con una mueca.


De alguna manera, sé que yo soy la que me mato,
cigarrillo tras cigarrillo de humo y asma.
Una vez me dijeron que moriría ahogada.
Así lo haré, pero "por encima de mis posibilidades"
sin moverme y con el sombrero encajado,
sentada en un banco, tiesa y lívida, entre un coro de ratas.

L. de Fraga.





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