miércoles, 26 de diciembre de 2012

PERÍODO DE DESCANSO

Queridos Amigos:
Por determinadas circunstancias, tego que suspender durante unos cuantos días -no sé cuántos, todavía-, la actividad del blog.
Os ruego que me disculpéis.
Un fortísimo abrazo y un MUY FELIZ AÑO NUEVO.
L. de Fraga.
(Ya sabéis mi consigna; me niego a ofreceros poemas cutres sólo para cubrir el expediente).

lunes, 10 de diciembre de 2012

AUSENCIA EN EL SALÓN


Un televisor estropeado retransmite su niebla.
No temas...Acércate y mira hacia dentro.
¿Qué te puede pasar?
Ausencia; silencio; La Nada.
Caes lentamente dentro de tu propio abismo corporal.

Vas hacia atrás en una encriptada cinta aeróbica
y continúas la caída dentro de ti.
Estúpida... Has caído en la trampa,
porque no sabes quién eres.
Bienvenida al salón de los ocho espejos.

No hay instrucciones ni prospectos.
Sólo tu instinto de conservación.
Nadie te puede decir ya nada.
Estás en el carrusel de la identidad circular,
así que adivina cuál de ellas eres.

Los espejos no se rompen con tus alaridos,
sino que te devuelven la reverberación de todos tus reflejos.
No grites más que nadie puede oírte.
Te multiplicas por ocho en ocho épocas distintas,
mientras el salón gira a tu alrededor y vas de la Vida a la Muerte.

No te rompas los puños ni manches de sangre el salón.
El espejo octogonal te devuelve cada golpe en el vientre
hasta que se te llene la boca de salvaje saliva roja.
Esas ocho mujeres te esperan para que tú elijas a una.
¿Cuál de ellas eres?

Te mareas frente a las ocho caras sin saber escoger.
Hay dos fulanas, una madre, una joven revieja,
una hembra estéril con el útero vacío, una matricida,
una niña inocente y una desgraciada solitaria.
¿Todo eso eres tú?

Un televisor estropeado retransmite su niebla.
El salón se ha quedado vacío.
Sólo se oye el ruido gris de la niebla televisiva.
Se ha roto el espejo del cuarto de baño
y del techo cuelga sin cara un cuerpo femenino.

Lucía de Fraga

martes, 4 de diciembre de 2012

LAS ONDAS SILENTES



No busques más.
El tiempo a destiempo no sirve de nada.
Has perdido tu angélica asexualidad
Y ya es tarde para las nínfulas durmientes.
Despierta, Mujer...Sufre la metamorfosis.

Tu contorno de hembra cambia ahora
al antojo de las agujas punzantes de un reloj.
La carne se convierte en vaivén hipnótico
de ondas silentes que modulan tu cuerpo.
Eres recorte danzante entre dos curvas caprichosas.

No te mires más en el espejo,
donde un día, tal y como hoy, te quedaste atrapada.
Las ondas silentes continúan su baile, se mueven y se estiran,
mientras te pierdes dentro de su acordeón delirante:
eres grande, pequeña o, tal vez, un monstruo.

Sigue esta melodía chirriante que te somete al trance.
Esas líneas onduladas dibujan caminos humanos
Llenos de curvas sibilinas y cinturas que se estrechan
en silueta de dos copas rotas que se unen por la base y,
sin darte cuenta, aparecen uno tras otro los barrotes.

Tú, animal cautivo en una celda de reflejos,
contempla cómo te pervierten las olas silenciosas.
No te reconoces –no sufras...-, ni nadie lo volverá a hacer.
La geometría corrupta te disecciona:
La curva ha dado paso a la recta.


Ya eres presa de un cubismo carnívoro.
Mírate, hembra estéril de pechos seccionados y triangulares.
Tus piezas ensangrentadas se disponen
en un llanto de cubos y orden mecanicista.
No cierres los ojos –no sufras-... El baile ha acabado.

Vivirás para ya  siempre dentro de un marco,
contenida en la planicie y la perspectiva alegórica.
Cuelgas en una sala de ordenada humedad y temperatura
con el horror de la dolorosa sonrisa permanente:
“Muchacha con sombrilla”- Él te ha capturado.