viernes, 8 de noviembre de 2013

HOMENAJE A LUIS CERNUDA EN EL 50 ANIVERSARIO DE SU MUERTE (REVISTA ÁUREA)




Aquello que te censuren, cultívalo, porque eso eres tú”

Historial de un libro, Luis Cernuda.



EN LA HORA VENGATIVA

En un instante de ingrávida quietud quedan suspendidos
cuerpos, astros y Universo. Sólo los crueles ojos de la Noche
-racimos venenosos ocultos en las ramas-
son capaces de penetrar más allá de una fulgurante
Luz homicida.

Un denso vidrio palpita delante de las cosas.
No siempre la Realidad se muestra sin engaño.
Un pájaro se estrella contra el cristal ambiguo
que siega como tallos las cinturas adolescentes.

El presente se contiene en el presente
y no hay ayer ni mañana para el Amor.
Mas, ¿no es el Amor único pretexto del Deseo?
El Deseo no sabe de nombres. Ni siquiera el tuyo.
Sólo comprende el lenguaje cifrado de dos cuerpos iguales.

Entre mis manos contengo la medida del mundo:
La Verdad molesta de una Vida molesta, de un Hombre molesto.
Ya proclaman mi ignominia, la impureza de mi espíritu...
Sin embargo, seguirá el Deseo como hiedra hambrienta
envolviendo cuerpos de un mismo signo a pesar de las fronteras.

El mar no tiene límites y la Verdad tampoco.
Las manos añoran relieves familiares, efímeras formas gozosas
como olas huidizas que se pierden más allá de los océanos conocidos.
Las manos tienen ojos y boca, aunque nadie se atreva a confesarlo.
Sólo yo conozco la soledad y el amor de un lecho de lágrimas.

Volverán las miradas marmóreas a emocionarse con la lluvia
y tornarán el frío de la piedra en carne palpitante.
Que me estrechen ya las nubes en inútil abrazo celeste,
mientras sonrío la suerte del ahogado y en espejos equívocos
contemplo mi imagen desdoblada: Soy, al fin, el hombre que soñé
en este vuelo sin alas ni memoria de la Hora Vengativa.

Lucía de Fraga.


viernes, 1 de noviembre de 2013

NADA DE MÍ

Supongo que tarde o temprano volveré a sentir mi cuerpo como tal (como cuerpo en sí, no como mi cuerpo, mi propia identidad), pero en este momento de vertiginoso pensamiento y verso al aire de la duermevela, de caída cerebral a caída contra el asfalto, necesito "Muerte y Resurrección de mí misma".
L. FragA.